¿Meditamos?

Buenos días!! En el post de hoy os traigo una pequeña muestra de lo que es para mi meditar, de cómo empecé y como voy progresando. Además os cuento también acerca del yoga, ya que para mí va de la mano y que también os ha interesado mucho este tiempo por Instagram. ¡Vamos a hablar sobre cosas profundas!

¡Vente conmigo y te explico mejor como lo hago!

Lo primero que debéis saber es que la mediación, como todo, es cuestión de práctica. Y, ademas, es mucho más complicada y más frustrante que el resto de cosas a las que estamos acostumbrados. Así que la palabra más importante es PACIENCIA. Acepta lo que tienes cada día, acepta el fallo, acepta el progreso, sea lo que sea, acéptalo con amor y cariño pues es parte del camino.

Se puede meditar de muchas maneras, yo he leído mucho acerca de las diferentes técnicas para hacerlo, pero sin duda me quedo con el libro de “autobiografía de un yogui” que fue la base de empezar a mejorar de verdad. Os explico la técnica que yo utilizo, aunque creo que es algo muy personal y que sólo se puede encontrar la manera si lees mucho, pruebas mucho y practicas más aún.

• Decide cuánto tiempo y cuantos días quieres meditar a la semana. Mi consejo es que empieces con 3 o 5 minutos, no más. Te parecerá muy poco pero es algo complicado y mejor hacerlo bien y no desistir que cansarte de hacerlo el primer día porque supere tus posibilidades. 

(Puedes probar a hacer estiramientos mientras meditas, además estarás relajando el cuerpo)

• Elige un lugar y siempre que puedas, hazlo en el mismo sitio. Yo por ejemplo, medito todos los días antes de acostarme. Es como el punto de inflexión entre las prisas de la vida diaria y el momento de descanso. Desde que medito no vuelvo a coger el móvil, ni el iPad, ni tecnologías. Después de hacerlo, cojo un libro y mi mente está preparada para descansar.

• Siéntate cómodo pero con la espalda siempre recta. Una vez vi una entrevista a un monje budista que decía que siempre se meditara con las piernas cruzadas, a pesar de que los primeros días se te durmieran. Las manos, contrariamente a la posición que se suele tener en la mente cuando se piensa en meditar, deben estar en forma de cuenco delante del cuerpo, para aceptar la energía positiva y dejar que fluya por nosotros.

• Y ahora, medita. Vale, aquí está lo complicado. ¿Qué es meditar? Creo que se trata de un término bastante subjetivo y que según dónde lo leas o quien te lo explique es de una manera o de otra. Después de mucho leer del tema os cuento mi experiencia. Para mí meditar es tratar de despejar la mente de todo pensamiento para conectar con algo más allá de la consciencia. ¿Cómo se consigue? La manera más fácil al principio es concentrarte en tu respiración y cada vez que aparezca un pensamiento (que será muy a menudo al principio) dejarlo pasar. Simplemente dejarlo estar. Como quien se sienta en una carretera a ver pasar los coches. No se fija en el color, la marca o el tamaño. Simplemente los deja pasar por delante… De esta manera empiezas a conocerte mejor a ti mismo, qué pensamientos vienen a tu cabeza más a menudo y, con la práctica, podremos llegar a diferenciar claramente cuerpo y mente. Además es una forma de relajarse y desestresarnos después de una larga jornada.

• La primera técnica que os explico es la que yo utilizo a diario. Consiste en concentrarnos en nuestra respiración y nada más. Observar el aire entrar por la nariz, sentir como pasa el oxígeno por nuestras venas, nos llena de vida y vuelve a salir llevandose lo malo, lo preocupante y lo doloroso. Sentir el aire entrar y salir, concentrarnos en la manera en la que fluye, dejando que los pensamientos entren y salgan sin más, sin mirarles, sin darles importancia. Puedes probar a repetir algún mantra (literalmente,pensamiento que libera y protege) para concentrar aún más la mente en ese “nada”. “Om” es el más conocido, significa yo soy, aunque hay algunos más (Om namah shivaya ayuda a mejorar la seguridad en uno mismo y la compasión hacia los demás).

• La segunda técnica es la de la visualización. Cierra los ojos y trata de imaginar un paisaje natural. Mar, playa, montaña, bosque, acantilado, cascadas… Empieza a descubrir cada detalle en tu mente. De qué color son las hojas, cuánto brillan a la luz del sol, que sensación de calor te provoca esa luz, a qué huelen las olas cuando se acercan a tus pies… Mientras te concentras en sentir estos pequeños detalles tu mente se va liberando de lo demás, se va relajando y va dejando espacio a esa calma y esa paz que tanto nos falta en el día a día. Es una técnica que me gusta muchísimo y la intercalo con la primera.

• La última mezcla meditación y relajación, perfecta para los días en que acumules también tensiones físicas. Túmbate boca arriba con los ojos cerrados y empieza a concentrarte en tu cuerpo. Desde los pies a la cabeza, parte por parte, ve contrayendo y relajando los músculos. Concentrate en la sensación de tensión y en la liberación de la misma unos segundos después. A mí esta técnica me deja literalmente dormida así que no la utilizo demasiado pero ya sabéis, para gustos, ¡los colores!

Y esto es básicamente lo que puedo ofreceros… Además de recomendaros que leais “Autobiografía de un Yogui” de Paramahansa Yoganand, un libro en primera persona de uno de los yoguis mas importantes de la historia. Simplemente increíble.

Hasta aquí el tema de hoy.. Espero que os haya sido útil y mil gracias por dejarme comentarios e ideas de posts, ¡me encanta hacer cosas que sé que queréis ver! Así que la semana que viene traigo otro vídeo muy pedido y os explico cómo llego a hacer todo en mi día a día.

Disfrutad mucho del fin de semana y no olvidéis alimentar vuestra alma. Se nutre de buenas sensaciones, amor, amistad, amabilidad, vida… Magia que le de un poquito más de ilusión cada segundo.

Love,

Marta